Rosas de Salón
Clara Bellamor es una divorciada de clase alta de unos treinta y tantos con un matrimonio destructivo a sus espaldas y un divorcio doloroso. A pesar de todo esto ha conseguido mantener su estatus social y busca un hombre que la vuelva a hacer deslumbrar en los sofisticados salones del éxito social para calmar las heridas de su corazón, sellado con los gélidos alientos de su arpía interior, con la que tendrá que luchar también para encontrar el verdadero amor.
Abel es su vecino. En apariencia es solo un atractivo joven de 29 años, completamente enamorado de ella y con algunos inconvenientes; padece neuras psicológicas con crisis de ansiedad y agorafobia debidas a un accidente de coche en el que murió su padre, intentando superarlo con mucho esfuerzo. Por el momento ha conseguido llegar a dos pasos fuera de la puerta del edificio, aunque en realidad es mucho más lo que esconde. Es realmente inteligente, poliglota y mucho más que millonario, aunque delante de su amor se siente el más idiota del mundo. Su otro inconveniente es su madre, una leona con la que mantiene una relación de amor odio muy particular y curiosa. Con todo esto, ni de lejos es el hombre que Clara está buscando de cara a un futuro “sí, quiero” definitivo. La otra persona que le ayudará en tan ardua misión es Sonsoles, la asistenta de Clara que ella adora. Esta es bastante llana, con un corazón de oro y con un con un carácter andaluz muy propio.
En medio de todas los enredos y situaciones que se les van presentando, de una forma cómica unas veces y dramática otras, lo importante es lo que va llevando a los protagonistas: la supervivencia a sus propios monstruos interiores. No son perfectos, no son ideal el uno para el otro pero sin embargo es el amor el que puede hacer que se salven mutuamente. ¿Podrán afrontarlo?