INGRÁVIDA
Los versos de Silvia Bono se suspenden en el aire, entre imágenes que dan forma a una visceralidad elegante, como la pluma descosida de un pájaro que no llega a caer nunca, que conserva en su naturaleza el estigma del vuelo pretendiendo reelaborarlo a partir de la soledad, el desencanto y un horizonte propio. Un vuelo que recorre la geografía del amor y del sexo hasta el final, sin temor a naufragar o acabar completamente desnuda ante la forma de amor más sádica, acudiendo a la metáfora que otorga sentido a la experiencia, o encabalgándose en un ritmo frenético a través del tacto, el vacío y lo inasequible.
A veces, cuando te respiro, siento que no necesito oxígeno para vivir en tu aroma, que tu olor es el alimento justo para mis sentidos.