No todos eran eméritos
Está basada en los primeros años del siglo I, en los que la colonia Augusta Emérita crecía sin parar, expandiendo sus murallas y echando fuera a los que siempre han estado dentro, aldeanos lusitanos que han estado toda la vida en estas tierras y a los que han dejado sin derechos. Una familia lusitana en la defensa de sus tierras es el inicio de mi novela, de circunstancias y acontecimientos que les impregnarán en la vida y será un cúmulo de penurias que han de vivir y, sobre todo, soportar.
Es una novela de ideales, creencias, de valores y principios que son necesarios para despertar el espíritu de supervivencia y de superación en las situaciones más indeseables.
He querido cuestionar la humanidad de las personas en situaciones límites; al mismo tiempo recalcar que la vida está repleta de percepciones que son unipersonales y que pueden alterar decisiones y sucesos compartidos.
He pretendido en un momento de la novela, dar mi opinión, una más dentro de un mundo de opiniones, de algo que nadie sabe. También quiero enfatizar la necesidad de amar, de soñar y de admitir nuevos retos para crecer como personas.